Capítulo segundo

-Gathy, Gathy. Shtt. No te irrites así...

Carlos no deja de susurrarme al oído mientras yo no paro de llorar y me sujeta.

-Sabes lo que pasará, no podrás respirar. Gathy, cálmate. No se lo merecen. Son unas guarras, déjalas.

Me giro y hago ademán de alejarme.

Como siempre, los profes pasan de nosotros, ni siquiera hay ninguno vigilando.

Carlos me suelta y se va conmigo.
Puedo ver a Mark con el rabillo del ojo hablar con Lucía.

Se me llenan los ojos de lágrimas de nuevo, pero las contengo.

No quiero llorar más.

Me dejo caer en uno de los bancos con furia.

-¡¡Mierda!!

-Gath...

-¡Sí, Carlos! ¡Es una mierda, este instituto es una mierda, mi vida es una mierda, todo es una mierda! ¡¡Mierda, mierda, mierda!!

Se sienta a mi lado y me abraza.

No puedo evitar sentirme un poco incómoda,pero hemos sido amigos desde hace mucho, supongo que es normal...

Él me deja descargarme, me conoce y sabe que se me pasará pronto.

Susurro:

-Gracias, Carlos. Eres uno entre un millón.

Sonríe, con los ojos cerrados.

-Echo de menos a Lilli.

-Es normal. hace ya tres semanas que se fue. ¿Cuando vuelve?

Parece que en realidad no está muy interesado.

Y es impresionante cómo a Lilli no le importa.

Bueno, sí le importa, pero no se amarga, cómo yo.

Ojalá pudiera tener su carácter.

-Dentro de dos semanas y media.

-Wow. Menudo viajecito.

-Es que tiene la familia entera allí, y sólo puede ir una vez al año.

-Cómo tú, ¿no?

-Sí, supongo...

-Gathy.

-Dime.

-¿Haces algo esta tarde?

-Mm, hoy es martes, así que no tengo inglés. Claro, ¿por?

-¿Quieres quedar para hacer algo? ¿Ir a la bolera o al cine?

-Okis.

-Ok.

-Muchas gracias, Carlos.

-¡¡CARLOS!!

Abrimos los ojos los dos a la vez y veo a Mark delante nuestro.

Bajo la mirada, incómoda.

Carlos se da cuenta y parece que se le apagan los ojos azules.

-Dime, Mark.

-¿Vienes a jugar a fútbol o qué?

-Mm, claro.

-¡Venga, deja de ligar y vente!

-Qué, sí, pesao. Que ya voy.

Me mira, preocupado.

Sonrío a medias.

-Anda, corre, ve.

-Vale... ¿Después del cole?

-Claro.

-¿En mi casa?

-No, en la mía. Hoy mi padre no está.

-Ok. Adiós, Gathy.

-Adiós, Ágatha!

-Adiós, Carlos. Mark...

Antes de decir nada ya están muy lejos de mí.

Y yo, sola, cómo siempre.