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miércoles, 2 de mayo de 2012

Capítulo 1

Me llevé los dedos al bolsillo del pantalón y saqué el paquete de cigarrillos recién comprados.
-Fumas – dijo Mayu con una mueca.
-Elemental, mi querida Mayenne – dije con un suspiro.
Puso los ojos en blanco y me arrebató el paquete de entre las manos.
-Oye – protesté.      
-Te lo digo en serio.
Guardé silencio. No me atreví a llevarle la contraria, pues esos ojazos de color canela se veían serios, algo extraño tratándose de Mayu. No le gustaba mi nueva costumbre. La observé mientras se levantaba y lo lanzaba a la papelera más cercana, y al volver a mi lado, suspiré.
-Son caros… - me atreví a susurrar.
-Pues no te gastes el dinero en tonterías.
Zas en toda la cara.
-Perdona.                             
Me abrazó. Por una vez, - para mi sorpresa – no me molestó que lo hiciera, más bien al contrario. Me sentí querida.
-No te preocupes, Roxie – dijo con una de sus sonrisas inmensas.
No pude evitar relajarme al volver a ver ese brillo en sus ojos. No me gustaba verla preocupada. Era mi mejor amiga, y, por alguna extraña razón, tenía esa absurda necesidad de verla feliz. Quizás porque conocía el dolor de propia mano, quizás porque no quería observar la amargura en sus ojos. Quizás porque esa amargura ya había vivido bastante en los míos.
Entonces sonó el timbre que indicaba el inicio de las clases.
-Venga – dijo con una voz autoritaria que me recordó a una mamá gata cuidando a sus gatitos –, se acabó esa tontería tuya de faltar a clase.
-¿Es totalmente necesario? – renegué.
Me miró alzando una ceja, y eso bastó. Solté un suspiro de exasperación y me dirigí arrastrando los pies por el pasillo de manera exagerada, para que viera que me molestaba cumplir sus órdenes de mamá gata, lo cual sólo provocó que soltara una carcajada.
-El karma te lo hará pagar muy caro, Mayu – dije con voz tenebrosa.
Su carcajada se intensificó, y no pude evitar soltar una risita. Su alegría era contagiosa, para qué mentir.
Entramos al aula y me dejé caer en mi pupitre. Estaba casi al final de la clase, en la esquina, por lo que sólo tenía otro pupitre delante y otro a la derecha. Delante de mí se sentaba Mayu – así nos habíamos conocido, el primer día de clase se giró con una simpatía casi desesperante y, como no le intimidó para nada la mirada asesina que le dediqué, al final nos hicimos amigas, qué remedio – y a mi lado no había nadie, lo cual era un alivio. Temblaba con tan sólo pensar que podría tocarme otra Mayu. La quería mucho, no me malinterpretéis, cómo no iba a quererla, pero una sola era suficiente para alguien como yo.
-¿Qué clase tenemos ahora? – susurré inclinándome hacia adelante.
-Filosofía – dijo Mayu con una risita – La que más te gusta.
Oh, sí, me apasionaba. Una hora parloteando sobre desvaríos que para la profesora tenían un millón de significados, mientras que para mí no tenían ningún sentido. Yo misma había elegido el bachillerato artístico, pero por el dibujo, no por esa asignatura en concreto. Mayu la defendía con uñas y dientes, e intentaba explicarme todo una y otra vez, pero estaba claro que o naces para entender todo eso o no, y yo ya había asumido que nunca podría disfrutar de aquella belleza de la que ella me hablaba.
Me preparé para pasarme esa hora enterita dibujando en los márgenes de mi cuaderno, pero, para mi sorpresa, la que cruzó el umbral de esa puerta no fue nuestra profesora de arte, si no la directora.­
-Hola, chicos – dijo, con esa dulzura fingida de siempre que me revolvía el estómago – veo que no ha llegado vuestro profesor todavía. ¿Quién debería estar aquí ya?
-Gazel – dijo una chica de la clase.
-La señorita Gazel – la corrigió, pues odiaba las muestras de confianza, supongo que porque nadie quería tenerlas con ella – Esa mujer siempre llega tarde – añadió con desdén.
Entonces, Gazel entró por la puerta, con las mejillas rosadas por el esfuerzo y algún que otro mechón suelto de su sencillo moño, arrastrando tras sí un bolso gigantesco.
-¡Hola clase! – Dijo con una sonrisa cálida que se congeló al instante al ver la directora – Buenos días, Elisa.
No pude evitar sonreír, y es que la verdad era que esa profesora era la única que me caía bien del maldito colegio. No sólo no disimulaba su aprensión hacia la directora – un gran acto de valor –, también amaba su trabajo, cosa que pocos profesores hacían últimamente.
Admito que en filosofía conectábamos poco, pero en dibujo e historia del arte, sus otras asignaturas, me sorprendía a mi misma ensimismada en sus apasionadas explicaciones, o esforzándome al cien por cien para que se diera cuenta que yo apreciaba su trabajo.
-Llegas tarde, Gazel – dijo con superioridad, como única respuesta a su saludo.
-Lo siento, tuve que dar un rodeo ya que mi plaza de aparcamiento estaba ocupada por el coche de tu marido.
Me relamí de satisfacción al ver como la directora enrojecía y se apartaba de su mesa, donde por fin pudo dejar su pesado bolso.
-Ahora – dijo Gazel – me gustaría empezar mi clase, así que te agradecería que por favor comunicaras lo que debes a los alumnos para que podamos seguir lo más rápido posible.
-Claro – dijo –. Para evitar seguir interrumpiendo la clase de la señorita Gazel, por favor, Samuel, sal conmigo un momento.
Me sobresalté, y, fijándome en las caras de todos los demás, no fui la única. ¿Cómo iban a sacar a Sam de clase? Si era el único que en lo que llevábamos de curso – que era bastante – no se había metido en ningún lío, ni suspendido ninguna asignatura… ¿Qué podría haber hecho el niño bueno?
Se levantó y salió del aula sin pronunciar palabra. Se hizo un silencio tenso a nuestro alrededor. ¿Qué pasaba?

4 comentarios:

Vin dijo...

Por donde empezar,
1- me alegra mucho que vuelvas a escribir
2- la novela es genial, como siempre, sigues superandote
3- como ya sabes, me encanta el nombre de Roxanne >.< pero no se porque pero en esta novela me siento identificada con Mayu :D

siguela pronto por favor, <3

Ailen Abdala dijo...

Asdasdasdasdasd me alegro de que te guste C:
1- Si te soy sincera, yo también me alegro, estaba cagada xD
2- En serio? Qué bien, gracias :D
3- Roxie(L) Pero claro, ya sabes, siempre hay un poco de Lavy en todas partes C:

Siiiiigo!:D
Lu

Anónimo dijo...

¡Sigueeeeeeeeeeeee!

Ailen Abdala dijo...

¡Sigoooooooooo! Jajajaja