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jueves, 2 de diciembre de 2010

Capítulo cuarto

Las horas de clase vuelan hasta el último timbre.
Toda la masa adolescente libera el colegio de su pesada carga, y yo salgo, cómo no, perdida en mis pensamientos.

-¡¡Gathy!!

Me giro de golpe, Carlos me persigue jadeando.
Suelto una carcajada.

-¡¡¡Carlos!!! Lo siento, lo había olvidado.

-No, si ya.

Llega, sonriendo.
No puedo evitar devolverle la sonrisa.
Es dulce, no puedo dudarlo.
Sacudo la cabeza, Carlos es de Lilli, aunque él no lo sepa aún.

-¿Hay que subir toda esta cuesta a pie?

-Sí, ¿no te acuerdas?

Pone cara de "vaya rollazooo".

-¡Menudo deportista estás hecho! Vamos, hay que hacer ejercicio.

-Tú lo que quieres es matarme, ¿verdad? ¡Pues no lo conseguirás! ¿Echamos una carrera?

-¿Cuesta arriba y con cinco quilos en la espalda? ¡Ni loca!

-Vengaaa, mujeeer, ¡¡que es viernes!! Loca alegría, ¿recuerdas?

-Ajj, tienes razón.

Hacemos la carrera, y, cómo no, pierdo.
ya se había demostrado antes que soy más rápida que la mayoría de chicos, pero no cone sta mochila horriblemente pesada machacándome la espalda.

-Venga, Gathy. Ésa es tu casa, ¿verdad?

-Verdad.

Jadeando, abro la puerta y vamos a la habitación.
Sakura, mi pastor belga, nos recibe ladrando, eufórica.

-Shht, Saku. Basta.

Se sienta cómo papá le ha enseñado, y Carlos la acaricia.

-Venga, deja las cosas aquí, loco.

-Sí, bwana.

-Calla idiota - le digo riendo.

-¿Y cual es el plan?

-¿Vamos a por unos cruasanes en el Happy?

-Ok. ¿Y luego?

-Ah, no sé.

-¡Ok!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno el cap

lil dijo...

8) gracias por tu comentario jeje ;)) y como te dice Girl: buen capítuloooo ;) muás de café!!!